domingo, 26 de enero de 2014

Habilidades comunicativas

Como ya sabemos, todo buen maestro tiene que tener unas ciertas habilidades comunicativas para transmitir a sus alumnos lo necesario para que ellos aprendan. Es muy importante trabajar todos los aspectos que componen las habilidades comunicativas, ya que es nuestra herramienta de trabajo.

Esos aspectos tan importantes son: la escucha activa, que es la habilidad comunicativa que consiste en hacernos plenamente conscientes del interlocutor. Para tener una escucha activa, debemos mostrar empatía, incluso postural, parafrasear, tener palabras de refuerzo o cumplidos y hacer un pequeño resumen de lo escuchado.



 Los prejuicios, hay que dejarlos de lado, estamos presentes para aprender lo que tienen que decirnos, o enseñar lo que debemos a quien debemos, sin importar nada más.


Y por último, las habilidades sociales: para ello, debemos criticar lo que hacen, no lo que son, tratar los temas de 1 en 1, comunicar las emociones negativas, no hablar del pasado, ser específico, no generalizar, ser breve, y hablar en el lugar y momento adecuados.

A continuación, voy a poner unos vídeos donde se ve claramente las diferentes habilidades comunicativos de un docente hablando con las familias, y los alumnos. Vamos a analizarlas.


En la primera escena encontramos un profesor que pilla al alumno “a traición”, en el pasillo y delante del resto de compañeros. En esta ocasión, el profesor se muestra quizá un poco agresivo y no deja al alumno ni siquiera que se explique. No le deja lugar a la duda y directamente lo acusa.

En la segunda escena, por su parte, aunque la situación es la misma, el profesor llama al alumno aparte, sin que sus compañeros escuchen la conversación y le comenta que quiere hablar con él a solas sobre un incidente que parece que ha ocurrido, pero no le da más importancia en ese momento y concierta una cita con el alumno. Esto, quizá, de más confianza al alumno para que pueda explicarse.

Por último, en la tercena escena, encontramos la entrevista a solas del profesor con el alumno, donde el profesor le comenta lo que ha oído y deja al alumno explicarse. En esta ocasión, el profesor, además, da mensajes de ánimo al alumno en cuanto a sus capacidades y le presta su ayuda ante cualquier problema que le pueda surgir, concertando otra tutoría con él. En cuanto al incidente de la ventana, estudia una posible solución con el alumno, ya que ha sido el que ha causado el problema. Esta actitud es mucho más reflexiva para el alumno, no es tan agresiva como la primera y hace que el alumno piense lo que ha hecho. En la primera situación, el alumno volverá a cometer alguna gamberrada solo por despecho a que lo acusen delante del resto de compañeros.

En la cuarta escena nos encontramos a unos padres que han concertado una tutoría para hablar de los suspensos de su hija. Estos padres acusan a los profesores de esos suspensos, sin dar lugar a la duda de que su hija se esfuerza y trabaja muchísimo en casa. De esa forma, conseguirán que su hija en vez de mejorar, vaya a peor, cada vez suspendiendo más asignaturas, ya que sus padres creen que se esfuerza y la defenderán siempre. Esa actitud también hace que la del profesor no sea la correcta, acusando en este caso a la alumna, pero sin poner soluciones.

En la quinta escena, el problema de los suspensos es el mismo, pero esta vez ha cambiado la actitud tanto del profesor como de los padres. El profesor les comenta que todos los profesores coinciden en que la alumna está un poco dispersa en las clases, que tiene falta de atención y apenas participa. Por su parte, los padres, preguntan qué solución habría para atajar el problema y que eso no se vuelva a repetir. Intentarán ayudarla en lo que puedan.

Por último en la sexta escena, ya se proponen varias soluciones para que no se vuelvan a repetir los suspensos. Los padres hablarán con la niña para interesarse por sus hábitos de estudio, sus condiciones y sus problemas, y por su parte el tutor también se reunirá con ella para que le cuente que problemas ha tenido ese trimestre. Además, en la junta de evaluación se han llegado a acuerdos para la recuperación de esos alumnos. En este caso, se ve como tanto el interés de los padres como el del tutor, es lo mejor para sus alumnos o hijos. 

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